martes, 15 de diciembre de 2009

Los ojos de Carol

Los ojos de Carol son profundos y grises,
son tan grandes que te dejan ver su corazón.
Esa naricilla redonda, esos hoyuelos cuando sonríe
cada gesto me devuelve la ilusión.
Los ojos de Carol brillan y nos iluminan cada noche,
el cristalino de sus ojos centellea como las estrellas del cielo.
Los ojos de Carol son la sinceridad del alma;
el aire que tras la tempestad sopla con mas calma.
Son sinceros y eternos, humildes ante el miedo.
Sus mejillas se sonrosan cuando la miro,
y sus ojos me devuelven un gesto
con esa claridad habitual
y yo que cuando lo veo me sonrío,
¿como eramos cuando nos conocimos?.
Nunca vi unos ojos como los de Carol,
son los que siempre me dijeron la verdad,
los que nunca, a pesar de todo, me faltaron,
los que aunque me falte el aire
permanecen a mi lado.
Esos ojos son los de alguien,
que reconoce que hay algo mas que un amigo,
son los que saben que me tienen a su lado,
son los que alguna vez he amado.
Sueño alguna vez con volver a contemplarlos,
sentirlos frente a frente,
hipnóticos, caóticos, desenfrenados,
la cordura en la locura,
los gestos improvisados.
Algún secreto hay en los ojos de Carol,
algo que no me contó en su momento,
algo que quedó incompleto,
como me quedé yo cuando abandoné mi cuento.
¿Que hubiera sido de nosotros
de haber escogido otro camino?
¿Que hubiese sido de los ojos del destino?
Los ojos de Carol
son algo que no habré olvidado,
por mucho que pase el tiempo,
aunque alguien habite a mi lado,
aunque el corazón se pare,
aunque me duerma sentado.
Los ojos de Carol
son la belleza que me ha cegado.

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